Hace dos semanas publiqué en mis Close Friends de IG que quedé boquiabierta con las técnicas de ligue de una gringa que me conquistó en una fiesta sáfica. La semana siguiente, el grupo de solteras del WhatsApp de @ellamexico estalló con dudas e inseguridades sobre el pánico que da ligar con otras mujeres. Y justo en la fiesta pre-Pride de esa misma comunidad, me tocó pedirle a varias morras que compartieran tips frente a cámara… ¿Y adivina qué? Casi ninguna dio tips, más bien pidieron tips.
Yo creo que es totalmente normal ese pánico. Es aterrador por muchas razones. Nadie nos enseñó a interactuar con otras mujeres en “modo coqueteo”. Eso se aprende, usualmente, en la adolescencia y, muchas de nosotras lo hicimos bajo una lógica heteronormada.
La cultura de ligue con la que crecí, por ejemplo en Sinaloa, era más o menos así: ponte bien chula, espera a que lleguen los hombres, deja que paguen las bebidas, te saquen a bailar, hazte la difícil pero no mucho… Vete del antro sin dar tu número porque “qué miedo”... y repite hasta que uno te hostigue tanto que termines dándoselo y saliendo con él.
Yo salí del closet relativamente jóven, a los 17, entonces pude deconstruir esa heteronorma para comenzar coquetear, seducir con mujeres. Pero ¿qué tal las mujeres que salieron del closet a los 25, 28, 30, o después de tener hijeees? ese cambio de chip cuesta y da pánico
En la Ternura Sáfica, dedicaremos algunos episodios para entender y compartir acerca de la cultura de ligue, desde lo más general para las baby lesbians, o esas que están comenzando a datear de nuevo, hasta tips, aprendizajes y anécdotas vergonzosas que a muchas nos han pasado.
Para estar en la misma línea, definamos LIGAR como la acción de seducir a alguien o alguienes (ligar parejas es para otro post). Entonces “ligue sáfico”, es seducir o coquetear entre morras. Yo aprendí a ligar con mujeres en mis veintes. Pero creo que soy un caso especial: demasiado curiosa y extrovertida, con un papá súper confianzudo y una mamá diplomática. Y sumándole a mi cultura confianzuda, salí del closet en Recifé Brasil donde viví un año y créanme, si alguien sabe de ligue, miradas y rituales de coqueteo, son las y los brasileiros. Qué seguridad, qué forma de leer entre movimientos y qué forma de acercarse. Sin exagerar, mis amigos y yo nos retábamos para ver quién se besaba con más personas en la fiesta. Era una fiesta de gérmenes impresionante pero divertida. Sin duda ser extranjera, de 18 años, en Brasil, influyó mucho en mi cultura de ligue.
Y claro, también fue por necesidad. En mis tiempos bisexuales, pocos hombres se acercaban, y mucho menos las mujeres me caían. Y MENOS en León, Guanajuato, donde la heteronorma nos atravesaba bien recio. Si no me las arreglaba para aprender a acercarme a mujeres, jamás sabría lo que es besarse o conocer más chicas en esta jungla llamada “cultura de ligue”.
Total que me las arreglé, y sí, han habido anécdotas de todo.
Desde la chica en Brasil que cuando me acerqué a besarla me dijo:
—¿Qué haces? No soy gay, solo estaba siendo amable.
(Jajaja, gay panic y qué oso)
Hasta Alondra, con quien me besé en una fiesta sáfica en Guadalajara, y a la semana ya quería dejar mi vida en León para irme tras ella a montar estudios de flamenco por todo México.
O mi ex, que llegó una noche a nuestro grupo de amigas leonesas y a quien, literal, le lancé los calzones en la cara para que saliéramos y tuvimos una linda relación de dos años.
Y la más reciente gringa-hondureña que me ligó en el antro con una técnica limpia e infalible donde caí redondita.
Entonces, si estás comenzando en esta cultura de ligue o si aún te da inseguridad acercarte a otras morras, espero que los puntos que te comparto te ayuden a comprender mejor esta jungla sáfica.
¿Por qué nos cuesta tanto ligar?
Yo lo resumo en tres razones, y te dejo contraargumentos para que empieces a cambiar esa voz interna (sí hermana, necesitas echarte porras):
1. Cultura heteronormada: ligadoras pasivas
A los hombres les enseñaron a ir y acercarse y a nosotras a vernos lindas y esperar que nos lleguen.
Cuántas veces nos gusta alguien pero lo único que hacemos es mandar pensamientos ligadores sin ninguna acción. Ni siquiera la vemos a los ojos, le hablamos o saludamos… Nada., Queremos que por arte de magia ella se acerque, nos hable e intercambiemos números.
Nos quedamos ahí esperando a que algo cambie a la distancia.
Y encima, nos enseñaron que si damos el primer paso somos “putas”, “fáciles” o “desesperadas”.
Entonces ni damos señales claras para que den el primer paso, ni damos el primer paso. ¿Quien liga? Nadie. Porque culturalmente somos seductoras pasivas, objetos de deseo, pero no sujetas de deseo.
Lo que quiero que veas es que la cultura de ligue sáfico es un cambio de chip enorme hacia todo lo que le enseñaron a una niña buena, y acuérdate que las niñas obedecen.
Contra argumento:
Parte de retomar nuestro poder como mujeres es retomar nuestra sexualidad, y eso también comienza yendo hacia lo que nos gusta, dando el primer paso, siendo clara con nuestras intenciones. Esto no es solo cultura de ligue, es reapropiarnos de nuestra energía, nuestro cuerpo y nuestras decisiones.
Si no lo haces por el ligue, hazlo por darle la vuelta al sistema patriarcal WUWUWUW
Porque como decía mi tía Araceli, la que no es puta no disfruta. Bueno, no decía exactamente así. Pero de verdad, de qué sirve hacerse la difícil ¿Guardarnos para qué? Si alguien te gusta, ¿cuál es el problema? ¿a quién vas a decepcionar? Mira todo lo lindo que te estás perdiendo.
2. El miedo al rechazo
Esto y orinar parado, sí se los envidio a los onvres. ¡Qué resiliencia frente al rechazo! Si una los batea, van por la amiga y si no, la que sigue. Mientras yo, por ejemplo, me la pienso diechiocho veces antes de acercarme a alguien que ya me lanzó veinte indirectas. Todo por el miedo al rechazo.
Y otra vez, culturalmente “las mujeres rechazan”, aprendimos a que nosotras rechazamos al hombre cuando llega. Pero jamás a que también alguien nos puede decir que no.
¿Y sabes qué me ayudó a mí con esto? Ser rechazada, que me dijeran que no. Entre más te dicen que no más aprendes a lidiar con él rechazo (y puede ser de forma no verbal también) así te das cuenta que no es tan malo, que es válido y que no es nada personal.
Pero también, me ayudó mucho trabajar en mi seguridad, en el valor que yo me doy a mi misma. Entender que no le puedo gustar a todos así como no todas me gustan, que habrán mujeres que conecten conmigo y otras no. Y es que no podemos dejar de trabajar en nuestra seguridad, este es un músculo que también se trabaja y se ejercita.
3. El miedo a incomodar como tantas veces nos han incomodado.
Claro que no quieres verte como uno de esos onvres que te hizo sentir acosada. Obvio que te da pena acercarte a una morra porque sabes lo incómodo que es que alguien que no quieres que se acerque, se te acerca, y no se va, y no se va y no te deja de ver.
Como es el único ligue que has vivido, pues claro que piensas que es lo que vas a replicar.
Pero aquí te va el contraargumento para cambiar esta inseguridad: La energía de una mujer jamás será la misma que la de un hombre, mientras te acerques con respeto, respetes el espacio personal, seas amistosa y huelas rico… Te aseguro que jamás serás percibida así.
Creeme, un elogio, un chiste, un traguito no nos va a incomodar si aprendes a leer las señales y creas espacios seguros. Eso, querida, también es ligue sáfico.
Entonces, ahora que conoces las sombras del patriarcado que afectan nuestras habilidades de ligue, es momento de que te decidas a darle la vuelta. No eres tú, es el patriarcado.
Pregúntate ahora, ¿qué tipo de ligadora eres?
Es importante que definas tus propios límites y gustos. En las entrevistas que hacía con las chicas de ellaméxico sobre cómo nos gusta que nos liguen, la mitad decía que les gustaba que fueran directas y muy claras y las otras pedían sutileza e ir despacio.
¿Cuál es la tuya?
Mi ex novia, por ejemplo, rara vez daba el primer paso, pero era demasiado directa con sus señales para que se acercaran, toda una seductora experta.
Hay chicas que no les gusta que les roben beso, habemos otras quienes un besito no se lo negamos a nadie.
Hay chicas que prefieren acercarse amistosamente y pedir un teléfono o redes sociales para continuar el coqueteo allá, habemos otras que nos gusta irnos besuquiadas de las fiestas.
Y así como hay chicas que por higiene no les gustan los besos, tengo amigas que les encanta irse a la cama a encerrarse tres días desde la primera interacción. ¡TODO SE VALE!
Recuerdo que Vania, una amiga leonesa que entrevisté, me dijo: yo antes era de las miraditas, ir lento y sutil, hoy la verdad me gusta que sean directas desde el principio con un: oye me pareciste muy guapa, ¿te puedo invitar un trago?
Ese no es para nada mi estilo, yo prefiero acercarme amistosamente, alagar naturalmente y sacar plática para ver si hay clic al menos en el humor o en la conversación. Si lo hay, robaría o dejaría que me robaran un beso.
Pero, por ejemplo, Ale R. de la comunidad ellaméxico, dijo: No, no me gusta que me roben besos. El consenso es muy importante para mí.
Entonces, es muy válido, depende mucho de tu personalidad, tus valores, tus prioridades y por supuesto tu mood del momento. Hay días donde la moral puede estar bajita y otras donde te sientes súper campeona, date chancita de sentirte y fluir.
Diferencia entre ligue sáfico y el resto: el consentimiento
El consentimiento es la aceptación voluntaria y libre de participar en una interacción o actividad. Es decir, sentir que en el coqueteo ambas están activamente participando.
Te invito mucho a que sientas —y te asegures— que la otra persona está también respondiéndote las sonrisas, las preguntas y las miradas.
La mayoría de las mujeres hemos estado en situaciones donde no estamos cómodas y nos sentimos mal de decir que NO: no propicies esto. Asegúrate de crear un ambiente cómodo para que la otra diga que NO, o “no estoy segura”. Te grarantizo que estaremos muy agradecidas y seremos lindas respondiendo a esto.
Si al buscar consentimiento, eres medio distraída como yo, siempre puedes preguntar con un tono lindo: “¿Estás cómoda si me quedo aquí?” “¿Te gusta que ponga mi mano en tu pierna?” “Me encantó hablar contigo, me gustaría mucho verte después, ¿me darías tu número?” “ Me encantaría besarte, ¿te gustaría?”
Y si no te sientes cómoda, te invito a que digas “no gracias” tal como te gustaría que a ti te lo dijeran.
Te aseguro que con consentimiento el ligue es más rico, más sexy, más bonito.
Por último, en esta guía introductoria me tomé la libertad de rankear los escenarios más comunes para ir rompiendo el miedo, de nivel principiante a nivel experta, según la cantidad de dificultades que usualmente traen consigo.
Es muy diferente ligar en un club runner a ligar en app o ligar en una fiesta sáfica o en un parque público. El contexto importa, entonces así como en Mario Kart, elige el mundo que mejor te parezca para comenzar.
Diferentes tipos de ligue y su nivel de dificultad (de más principiante a nivel experta)
Ligar en fiestas sáficas. Nivel - principiante
Si yo fuera a tener un examen de ligue sáfico, escogería el ambiente con menos dudas: una fiesta de ligue sáfico.
Por qué: porque sabes que las chicas que están ahí tienen un 95% de probabilidad que también le gusten las niñas (y si te sigue preocupando el otro 5% es autosabotaje, amiga). Eso te juro que le resta un 30% de inseguridad al coqueteo.
Además, la mayoría de las chicas que vamos a fiestas sáficas es para conocer a otras morras sáficas en tono de amistad, en desmadre o en ligue (no tengo pruebas pero tampoco dudas).
Te invito a que, si es tu primera vez, te propongas hablar amistosamente o romper el hielo, una buena meta es pedir las redes sociales de alguien que te gustó.
Sin duda, el mejor lugar para comenzar.
Ventajas: certeza de que si están ahí, les gustan las mujeres también. Más apertura a conocer nuevas sáficas y ambiente más relajado.
Para cuidar: A veces las chicas no están solteras, aségurate de observar bien si vienen con alguien, o recuerda que siempre puedes preguntar (en tono lindo, por favor).

Ligar en Redes sociales - APPS - Nivel principiante
Las redes o apps nos permiten saber un poco de la persona sin tener que acercarnos físicamente, lo que nos ayuda a prepararnos mentalmente y a lidiar más fácilmente con el miedo al rechazo.
Si eres una persona más tímida, probablemente sea un gran terreno para comenzar.
Mi consejo acá es que no demores mucho hablando por internet, si ya lograste una conversación, intenta lo más pronto posible un encuentro en persona.
Ventajas: miedo al rechazo bajo y te da oportunidad de saber un poco de la persona antes de entablar conversación.
Desventajas: si no están en la misma ciudad, tocará seguir conversando un rato.
Hay muchas personas que no les encanta escribir mucho o se distraen fácilmente, por eso mejor irse a la presencialidad ASAP.
Ligar en antros LGBTQ+ Nivel - intermedio
Pongo este en nivel intermedio porque hay muchos factores que pueden influir.
A veces las morras van solo a bailar o a divertirse, o es salida de amigas. O no siempre sabemos si le gustan las niñas también, por alguna razón en un antro LGBTQ+ hay muchas morras heterosexuales que van acompañando a sus amiguitos GAYS (¿por qué? pues porque no hay onvres que las acosen y se la pasan pocamadre) entonces, eso le agrega un toquecito de dificultad.
Pero al final, todes vamos a pasarla bien. Aségurate de ir con el mood y ser divertida, lo peor que puede pasar es que hagas más amigays.
Ventajas: ambiente relajado, divertido e informal. ¡Diviértete!
Tip para destruirte este miedo: les he preguntado a mujeres heteros que conocí en antros cómo se sentirían si una chica se les acercara y ambas me dijeron que NO se incomodarían siempre y cuando sea con respeto y consenso, so, miedo destruído… DE NADA.
Desventaja: leer el consentimiento puede ser más difícil porque hay demasiados distractores y gente, usa tu sensibilidad y sentido del humor.
Ligar en clubes o grupos deportivos - Nivel avanzado
Si es un equipo de futbol lésbico, el nivel es principiante. Gran lugar para comenzar, equipos femeniles con estadísticas sáficas altas (fut7, basketball y softball).
Pero si son clases de crossfit, club de runners mixto o hikes, es un poco elevado el nivel, lo cual puede hacer que vayas lento para leer señales y consentimiento.
Ventajas: conocer personas por un interés en común es maravilloso. La conversación sobra y siempre hay cosas que proponer. Creo que es una forma de ligar muy natural y si lo tuyo son las relaciones más trascendentes, compartir un hobbie tiene grandes posibilidades de una relación.
Desventajas: “ligar” quizás sea un poco más lento que una fiesta, hay que entrar en confianza, hacer conversación y ver qué se da. Pero te aseguro que el resultado puede ser hermoso.
Ligar en el trabajo
Morra, no ligues en el trabajo, PUNTO. Pero bueno, si llega a ser de otro departamento, o de otra oficina, va. Se vale. Más porque realmente habemos personas que no tenemos mucho tiempo para salir a ligar y el trabajo consume gran parte de nuestra semana.
El primer reto en el trabajo es saber si también le gustan las mujeres.
El segundo reto es saber si está emocionalmente disponible para coquetear
Y el tercer reto es romper el hielo. Ahí comienza el ligue real. Pero la dinámica es la misma, dar o leer señales, consentimiento, naturalidad. En un siguiente post abundaré sobre el proceso de ligue como tal y tips para llevarlo.
Ventajas: ya pueden existir temas de conversación para abordar si es que comparten algo en la profesión. Puede ser un coqueteo orgánico porque les toca convivir, lo que le resta dificultad
Desventajas: “No se come donde se caga” decía una ex. No ligues con tu jefa, subordinada o equipo, ¿okay?
Ligar en bodas, Nivel - experto.
Este es capricho mío jaja. Pero en general, ligar en cualquier lugar que acentúe los roles de género y la heteronorma se vuelve difícil.
A una boda la mayoría de las mujeres vamos en vestido, hasta yo que transpiro lesbianismo paso por una hetosexual hegemónica (punto para las mujeres en saco, uff qué hot). Y esto sin duda le pone un poco de dificultad para saber si está abierta a coquetear con otra mujer.
Pero la verdad, si eres observadora, notarás que las sáficas tenemos un colmillito por ahí que nos delata, desde cómo vemos a otras mujeres, cómo interactuamos o cómo nos echamos el shot de mezcal.
Con la experiencia en la cultura de ligue vamos descubriendo cosas muy características de nosotras. Y eso ayuda a disminuir mucho la inseguridad.
Espero que esta guía introductoria te ayude a sentirte más segura para dar el primer paso, ya sea acercarte o dar señales claras. En un siguiente post, hablaré directamente de los tips de ligue para cada una de las etapas y situaciones.
¿Hay algún tema o situación que te gustaría que en el próximo post abordara?
¿Qué inseguridades sientes más presentes en tu caso?
Cuéntame en los comentarios desde dónde te gustaría conocer más sobre la cultura de ligue sáfico.
Entonces ¿vienes o voy? 😏
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